lunes, 6 de febrero de 2012

Sobre el sueño comunista.

Después de varias semanas con el café cerrado volvemos a abrir para resguardarnos del frío que nos azota.
Y sentados a la mesa del acogedor café reflexiono sobre el comunismo, sobre sus inicios, sus razones, sus grandezas y bajezas y el futuro que le aguarda.
Nos encontramos su nacimiento en pleno siglo XIX, con la Revolución Industrial en auge, el sueño capitalista y burgués se encontraba en la cima y mientras el pueblo trabajador, que era la gran mayoría vivía en circunstancias de extrema dureza, azotado por la miseria y el miedo, y de todo ello surgió Marx para difundir el comunismo como medida de igualdad, de recuperación de dignidad para todos esos trabajadores oprimidos y una auténtica amenaza para el sistema vigente. Y poco a poco se fue propagando su doctrina, calando entre el pueblo y organizándose lo cual tuvo su culminación con la Revolución Rusa. Quizás el pueblo mas oprimido de Europa, bajo un régimen medieval conseguía levantarse y echar a sus opresores, a la nobleza y al sistema zarista dominante. Parecía el sueño cumplido bajo el mando de Lenin y del partido bolquevique, auténticos herederos de las doctrinas de Marx. Rapidamente toda Europa se levantó contra ese régimen del pueblo y a pesar de terminar de salir de la 1ª Guerra Mundial mandaron a miles de soldados a luchar contra la amenaza comunista, saliendo finalmente triunfante el ejército rojo pese a estar en clara desventaja numérica, tanto era el arrojo con el que luchaban y tan grande era su causa.
En la recién constituida URSS comenzaba a hacerse realidad y el sueño y por el resto del mundo comenzaban a surgir partidos y movimientos que trataban de llevar la revolución mas allá de las fronteras soviéticas. Sin embargo la gran recesión dio impulso a gobiernos fascistas y en la URSS el sueño comenzaba a transformarse en pesadilla bajo el gobierno de Stalin que "purgó" al partido de muchos de los impulsores de la Revolución como fue el caso de Trotsky. Comenzó a caer el país en una vorágine de tiranía bajo oscuros burócratas y mediocres mandatarios, dejando de lado los ideales primigenios, y, tras la Segunda Guerra Mundial en una Guerra Fria con EEUU por la hegemonía mundial llevándola en última instancia a su colapso final, siendo ya tan solo una grotesca caricatura de aquello que Lenin quiso construir.
¿Y en el resto del mundo que? Por Asia proliferaron otros regímenes comunistas, dominados por crueles dictadores que llevaron represión y miedo al pueblo, en vez de libertad e igualdad. En Europa los diferentes Partidos Comunistas fueron sobreviviendo con mayor o menos éxito hasta ir languideciendo paulatinamente inmersos en la sociedad capitalista occidental.
Pero en Sudamérica surgían rayos de esperanzas, el Che combatía incansablemente para llevar igualdad y dignidad a todos los pueblos oprimidos y en Cuba se conseguía ir un paso mas allá, triunfando la Revolución de manos de Fidel y resistiendo hasta el día de hoy un embargo económico y la firme intención de EEUU de acabar con su régimen.
¿Y que panorama tenemos hoy? El sistema capitalista se encuentra instaurado en nuestras vidas y en mayor o menor medida todos somos productos de el, pero su crisis lleva por fin a la crítica directa a sus métodos y un movimiento social sin precedentes en las últimas décadas y en Sudamérica numerosos gobiernos de izquierdas luchan contras las desigualdades y plantan caras a las potencias históricas coloniales. Vivimos tiempo difíciles, de incertidumbre, pero han hecho que el pueblo vuelva a despertar de un largo sueño, solo el tiempo dirá hasta donde llega su poder.
Quizás el comunismo parezca en declive, algo anticuado, pero en cada nuevo movimiento social veo detrás sus ideales con otros nombres y otros métodos pero con toda la fuerza que el enfado y la indignación del pueblo le confieren.
El comunismo que yo defiendo y en el que creo no es la URSS o China, como mucha gente identifica, es el ideal de Marx, de Engels, el arrojo y la determinación de Lenin, la claridad de Trotsky, y sobre todo el ideal de millones de personas a lo largo de la historia que han vivido y han muerto soñando con un mundo más justo, donde todos seamos iguales y no solo productos, donde la dignidad y la valía personal no dependa de tu dinero y tu clase social. El ideal de funcionamiento de una sociedad bajo el modelo que ideó Marx se encuentra posiblemente muy lejos de llevarse a cabo, pero considero que cuanto menos en un bonito sueño al que aspirar y por el que luchar y para quien lo critique que antes se pare a pensar que es lo que proclama, la igualdad entre los hombres.
De cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad.

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